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Mi nombre es Alexander Aldsoshin. Este blog no tratara un tema concreto, sino varios. Publicare las ultimas noticias de Ciencia, Tecnologia, Motor y otras. Ademas habra una pagina que tratara de mi hobby: Anime y Manga.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La ciudad de las tres culturas: Toledo

(Tulaytulah en árabe)



Los hechos reflejados en esta historia se sitúan en el año 1084, un año antes de la reconquista de Toledo por parte del soberano de León y Castilla, Alfonso VI. En el 1085, este mismo monarca consigue entrar en Toledo tras un acuerdo con el soberano musulmán de esta Taifa: Yahia-al-Cadir. En esta taifa al-andalusí, tal como se refleja en nuestra historia, convivían tres culturas y religiones: la cristiana, la musulmana y la judía. Los judíos habitaban en los territorios de los cristianos y de los musulmanes, los cuales vivían divididos en una especie de territorios autónomos conocidos con el nombre de reinos taifas. La diversidad cultural, lingüística y religiosa existente hizo posible y necesario la creación de una escuela para la formación de traductores que facilitara la comunicación y el entendimiento entre las diferentes culturas. Toledo, al ser el crisol de las tres culturas y religiones, instauró la llamada Escuela de Traductores, la cual contó con varios intelectuales judíos. Aquí se tradujeron varios escritos árabes.

En esta época, los judíos, los cristianos y los musulmanes convivían sin problemas en la ciudad de Toledo. En los siglos X y XI el papa Alejandro II consiguió que la vida de los judíos fuese respetada. También la política iniciada por Alfonso VI, dio lugar a que los judíos tomasen parte en la administración del reino.

En el otoño de aquel año, don Diego, nuestro personaje cristiano, paseaba por la ribera del Tajo, que por aquellos tiempos era mucho más ancho y, por lo tanto, con una menor profundidad, lo que permitía su cruce a pie durante gran parte del año. Don Diego tenía a la vista las murallas de la impresionante ciudad de Toledo, las cuales habían sido construídas por el rey visigodo Wamba y que, tras la reconquista de Alfonso VI, fueron reconstruídas.

Tras buscar el camino de vuelta al campamento castellano, oyó unas incomprensibles voces en la lejanía. Al acercarse, pudo observar a una joven muy bella.

    • Hola - le dijo don Diego a la joven-. ¿Cómo te llamas?

La joven hizo un gesto de incomprensión y don Diego no obtuvo respuesta.

Pasó un rato y el hombre y la muchacha se seguían mirando. Menos mal que en ese momento apareció una joven judía de entre los arbustos. Ella le dijo al hombre que lo había visto todo y que, si él se lo pedía, podría hacer de traductora entre los dos.

La judía empezó a traducir lo que había intentado hacer comprender don Diego a la joven. La árabe dijo unas palabras que el hombre no pudo comprender e inmediatamente la joven traductora se lo comunicó:

    • Dice que se llama Fátima y que también desea saber su nombre.

    • Dígale que me llamo don Diego y que me gustaría dar un paseo junto a ella.

La muchacha se lo tradujo enseguida a Fátima y ésta hizo un movimiento afirmativo con la cabeza.

De pronto don Diego se giró hacia la judía y le dijo con un tono suave de voz:

    • Que descortés he sido, por favor, ¿podría decirme su nombre?

    • Claro que sí – dijo la joven-. Me llamo Sarah.

    • Un bello nombre – dijo simplemente don Diego.

Y siguieron caminando bajo una luna que ya comenzaba a mostrarse a la luz del crepúsculo.

Mientras caminaban entre las flores, Sarah comentaba como había aprendido árabe y castellano.

- Cuando era pequeña, mi padre era el rabino de la sinagoga de Santa María la Blanca, y por desgracia murió y mi madre y yo seguimos viviendo aquí desde que yo tenia ocho años. Estuve casi diez años estudiando las tres lenguas en una escuela privada de traductores. Todo el proceso de aprendizaje de los dos idiomas me resultó muy difícil, pero, finalmente, lo conseguí. Y ahora estoy aquí disfrutando de los años perdidos, bueno, no tan perdidos – hizo una pausa para coger una flor y después continuó – y ahora estaba practicando la traducción de textos clásicos, cuando os vi a los dos.

Sarah tradujo sus palabras a la muchacha árabe y ella se interesó mucho. Tanto, que empezó a hablar de su vida.

- Yo soy hija de un rico comerciante de alfombras y especias – comenzó a decir -, y mi madre era la sirvienta del palacio y mi padre la conoció en una fiesta que celebraba el califa. Mi padre era cristiano y mi madre musulmana y que estuviesen juntos no estaba bien visto, y menos que estuviesen enamorados. Aunque eran de religiones distintas, se seguían queriendo. Pensaban que era una injusticia que no pudiesen estar juntos así que lo intentaron resolver con sus padres y también se lo comentaron al califa, el cual accedió a bendecirles, siempre y cuando no se casasen antes del mes del ramadán, que se iba a celebrar dentro de muy poco. Al final se casaron y me tuvieron a mi.

La judía y el cristiano quedaron maravillados con la historia que les contó Fátima. Ambos comprendieron que era posible que personas de diversas culturas y religiones pueden convivir sin discriminaciones ni conflictos.

Por desgracia ya estaba anocheciendo y don Diego ya estaba muy cerca del campamento cristiano y tuvieron que despedirse.

- Lo siento – dijo don Diego -, ya estamos muy cerca de mi campamento,y por eso nos tendremos que despedir.

- Espera que volvamos a vernos - tradujo Sarah de las palabras de la muchacha árabe-.

Dos días después se volvieron a ver los tres en los bellos jardines de magnifica la ciudad de Toledo.





FIN

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