Acerca del blog.

Mi nombre es Alexander Aldsoshin. Este blog no tratara un tema concreto, sino varios. Publicare las ultimas noticias de Ciencia, Tecnologia, Motor y otras. Ademas habra una pagina que tratara de mi hobby: Anime y Manga.

miércoles, 26 de enero de 2011

Una Aventura por el universo

En una mañana del 14 de marzo de 2024, mi tío, el gran científico del siglo, Marcos Grem, salió precipitadamente, sin siquiera desayunar, desde su casa en las afueras de Valencia. Se dirigía hacia la reunión secreta de la Estación Espacial Universal, y claro estaba, tenia que ir con el. Según me contó mi tío ,el satélite 6M-20-09 ha encontrado vida a mas de 100.000 años luz de la Tierra. En el 2013 el satélite se perdió de camino a la Tierra, a más de 30.000 años luz y no se supo mas de él. Ahora se quiere averiguar si la forma de vida de este planeta es inteligente. Cuando llegué hasta el edificio en el que se citaba a los científicos y astrofísicos mas grandes del planeta, nos dimos cuenta de que no era mas que una chabola que no superaba el tamaño de un autobús. La casucha destartalada, con las ventanas rotas, tablas de madera resquebrajadas y arrancadas, y con algunos bichos correteando por el suelo me pareció grotesca para albergar una reunión de tal calibre. Al acercarse a la puerta me sorprendió al ver que una cámara sobresalía de la puerta. De repente oí una voz robótica.

- Nombre - dijo la maquina sacando una pantalla táctil.

- Marcos Grem - respondió -, y mi sobrino, Iván Pérez.

Mientras la maquina verificaba los datos, mi tío saco una especie de pendrive de un maletín. La maquina volvió a hablar.

- Contraseña.

Mi tío metió el pendrive en una ranura y la puerta se abrió.

¡Era alucinante! No me esperaba que dentro de esa casa se encontrase un ascensor.

Bajamos. De pronto me encontré dentro de una sala oval, bastante grande, en el que estaban todas las personas que se citaron el día anterior. La reunión comenzó. Yo me senté al lado de mi tío y me dijo que me mantuviese callado. Durante todo el rato hablaban de lo mismo, que si el satélite estaba demasiado lejos, que es imposible que mantuvieran contacto y muchas otras cosas incomprensibles para mí. De pronto el presidente se levantó.

- Tenemos que enviar a alguien - dijo - y cuanto antes.

Todo el mundo se calló. A mi tío le brillaron los ojos. Yo ya sabia lo que iba a suceder: mi tío se presentaría voluntario. Él no dejaría pasar una oportunidad así. Viajar por el espacio exterior, un viaje extraordinario, aunque la mar de peligroso. Todas mis predicciones se hicieron realidad, mi tío se levanto y exclamo:

- Si a mi se me permite, quiero presentarme voluntario.

La emoción estaba suspendida en el aire. El presidente volvió a hablar.

- ¿Esta usted seguro de que quiere hacer esto?

- Completamente. Y me gustaría que mi sobrino viniese conmigo.

Eso yo ya no me lo esperaba.

- Pues ya está - dijo el presidente - el despegue será mañana a las diez horas y diez minutos. Bueno, ya hemos terminado, aunque si alguien quiere presentarse voluntario no me importara escucharles – todo el mundo negó con la cabeza -. Entonces pueden irse.

Al día siguiente llegamos a la estación espacial. Nos dijeron que nos metiésemos rápido en la nave porque llegábamos con retraso. La nave era una especie de avión dos veces mas grande de lo normal, pero sin alas. El presidente le comentaba algunas cosas a mi tío mientras se dirigían hacia la nave:

-A partir de ahora recorrerá 10.000 años luz cada 24h. La nave descansara otras tantas y así hasta encontrar el satélite. Usted no se preocupe por nada, todo lo controlaremos nosotros.

-Pues si que va rápido la condenada nave - dijo mi tío.

La cuenta atrás comenzó. ¡Por fin despegamos! En menos de un minuto llegamos hasta Marte. De pronto, todo se volvió blanco. Mi tío me dijo que íbamos a la velocidad de la luz. Las horas pasaban. Estar así, aburrido, sin hacer nada, me cansaba. Me senté en una silla y empecé a ver películas. Por fin paramos, pero lo extraño era que solo habían pasado diecisiete horas. La nave se tambaleo. Estaba todo oscuro, cuando por delante de la ventana paso algo parecido a una serpiente con extremidades y un casco. La nave se volvió a tambalear. Mi tío alerto de la presencia de un monstruo dentro de la nave. Era esa serpiente. Empezó a hablar en la lengua de las serpientes. Mi tío me tradujo lo que la serpiente dijo.

- Dice que quiénes somos y qué hacemos aquí.

-¿Como aprendiste a hablar en esta lengua? - le pregunté.

-Esa no es la cuestión. Lo correcto seria pensar en cómo salimos de esta.

La serpiente volvió a hablar y al mismo tiempo se abrió comunicación con la Estación. Mi tío comunico del problema y le dieron una solución fácil. De pronto apareció una araña delante de la serpiente. Al rato la serpiente desapareció de la nave. Todo volvió a la normalidad y se retomo el viaje.

Pasaron los días, y no había nada interesante que hacer. En los momentos de descanso se podían ver estrellas de todos los colores, supernovas, nebulosas y varios astros, algunos de ellos enormes. Todo lo que se podía ver por la ventanilla era espectacular. Mi tío sacaba fotos a todas las cosas que podía y mientras viajábamos a la velocidad de la luz era un aburrimiento.

Solo quedaban dos días para llegar hasta el satélite. Fueron eternos, pero al fin llegamos. ¡Era espectacular! La estrella era de un color azul fosforito, el sistema tenia solo un planeta y sobre todo se encontró el satélite. Estaba en órbita con el planeta, que extrañamente era idéntico a la Tierra. La nave empezó a descender lentamente hacia el planeta. El satélite, mediante señales de la nave, también descendió. Aterrizaron en una base militar, según dijo mi tío, aunque por mi parte mas bien parecía una cámara acorazada. Salimos de la nave y pudimos respirar oxigeno puro, cada molécula nos sobraba, era todo verde y el único humo que se notaba era el de las quemaduras del satélite. La temperatura era de unos 18º grados, y el cielo era extrañamente verde. De pronto salieron "seres" luminosos y alados. Se parecían a nosotros, las personas, solo que con unos cambios. Mi tío rápidamente contacto con la Estación e informo de que los seres eran inteligentes a simple vista.

- ¿Cómo se llama este planeta? - pregunté.

- Se hace llamar Xenón - respondió uno de los seres.

- Dos preguntas: la primera es ¿De qué raza sois – dijo - y la segunda ¿Cómo que "se hace llamar"?

-Somos Daktos, y a la segunda pregunta es fácil responder. Cada diez años el planeta nos habla durante 24h.

Pasaron días y se dieron noticias de la Estación. Se nos comunicó que nos quedáramos allí durante un tiempo e hiciéramos relaciones políticas. Hicimos amigos y hasta dimos la vuelta al mundo. Pero esto solo es parte de lo que hicimos.

FIN

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